San Cristóbal de las Casas, Chiapas 26 de Enero 2015
“Vámonos. Llegó la hora de
partir, señora, dejando atrás el rancho y nuestros sueños,
solo llevamos nuestros tiernos
hijos, los cuatro perros y el cantador gallero.
Atrás se quedan los cultivos
todos sembrados con esfuerzo siempre vivo,
regados con sudor de nuestras
frentes, quitando así el pan a nuestros hijos.
Ahí quedan recuerdos, esfuerzos
y trabajos de tres generaciones de luchadores bravos,
de robles invencibles que no se
marchitaron, de abuelo, padre e hijo, que no se doblegaron.
Que vengan otras gentes, que
cojan otras manos, que coman otras bocas, que nunca trabajaron,
Vámonos pues, señora, la hora
ha llegado; la hambruna nos acosa, la paz ha terminado.
Salvemos nuestras vidas,
busquemos un atajo y a comenzar de nuevo,
así está decretado por un
gobierno infame, que todo ha revolcado”.
Iván Gómez Afanador, 1993
A los
hombres, mujeres, niños y niñas
desplazados del paraje Banavil, municipio de Tenejapa
A los familiares y
amigos de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero
A las Juntas de Buen Gobierno de las
Comunidades Autónomas Zapatistas
Al pueblo
creyente Al Congreso Nacional Indígena
A las y los Adherentes a
la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
A los Medios de
Comunicación Alternativos
A la Prensa Nacional e
Internacional
A la sociedad Civil
Nacional e Internacional
A la opinión pública.
A todos aquellos que
creen que otro mundo es posible.
Creer en los
planteamientos de la autonomía zapatista y ponerlos en práctica en la vida
cotidiana es un delito en este país y en particular en el estado de Chiapas.
El 4 de diciembre de
2011, fueron agredidas con armas de fuego y desplazadas 13 personas como
consecuencia de no aceptar apoyos de programas gubernamentales.
Los miembros de la
familia López Girón entendieron que, no aceptar esos proyectos, era la forma de
rechazar las estrategias de control y dominación. Este rechazo es una forma
viva de resistencia, un proceso que va unido a un proyecto de futuro: Crear y
desarrollar formas de vida y de construcción social basados en la autonomía.
Desde 1996, la familia López
Girón, formó parte de las bases de apoyo del EZLN; tuvieron que salir de esta
organización en el año 2000, porque el dirigente de nombre Alonso López
Ramírez, recibió apoyos del gobierno como Oportunidades y Procampo y cuando la
familia se negó a recibirlos empezó el hostigamiento logrando, en un primer
momento, sacarlos de la iglesia y finalmente, expulsarlos violentamente de la
comunidad.
Alonso López Luna,
cabeza de la familia, es víctima de desaparición forzada. Fue sacado de su
domicilio el 4 de diciembre del 2011; se encarceló a su hijo Lorenzo López
Girón y a Francisco Santís López, base del EZLN, acusándoles de portación de
armas de uso exclusivo del ejército mexicano, delitos que fueron fabricados por
el mal gobierno.
Los 11 agresores de este
caso están plenamente identificados como parte de grupos priístas, quienes ven
en la autonomía zapatista, un peligro para su forma de vida de privilegios,
basados todos ellos en la impunidad y la corrupción.
Durante estos 3 años y 2
meses de desplazamiento y de la desaparición forzada de Alonso López Luna,
solamente se ha logrado que Alonso Guzmán López estuviera preso unos cuantos
meses. Fue puesto en libertad por falta de pruebas por el Juzgado Primero de
San Cristóbal de Las Casas mientras que el mal gobierno dio por muerto a Alonso
López Luna, sin realizar investigación alguna y sin presentar el cuerpo.
Los desplazados de
Banavil, actualmente viven a las orillas de San Cristóbal, en condiciones de
pobreza, ya que no han podido encontrar un trabajo o actividad económica que
les permita vivir con dignidad, se han enfermado siendo las mujeres y las niñas
las que sufren más de dichas enfermedades sin que reciban atención médica; cabe
mencionar que ni el gobierno municipal ni el estatal han ofrecido atención médica
a los desplazados. La alimentación es escasa y deficiente por la situación
económica y carecen de servicios de agua potable.
Sus tierras fueron
invadidas por distintos grupos priistas en 2012 por los agresores: Agustín
Méndez Luna, Pedro Méndez López, Alonso López Ramírez y Agustín Guzmán Méndez
son los autores intelectuales y materiales de esta invasión; a través de una
denuncia pública fue que las recuperaron pero están abandonadas y en riesgo de
ser invadidas nuevamente en cualquier momento. La fiscalía indígena se ha
negado a otorgar seguridad a los desplazados para poder acudir a sus hogares y
sacar de ahí sus pocas pertenencias como su cosecha, su ropa y su herramienta
de trabajo, todo esto les es necesario para sobrevivir en el desplazamiento forzado
con cierta dignidad. La negativa del juez Joaquín Intzin López, dicha por el
mismo se basa en que sólo recibe órdenes del presidente municipal de Tenejapa:
Esteban Guzmán Jiménez. Dicha conducta, amén de ser ilegal y estar fuera del
Estado de Derecho tan alardeado por el mal gobierno, nos deja ver que más que
procurar justicia sólo se trabaja por un sueldo. Por otro lado la misma
fiscalía ha negado otorgar a los desplazados copias de la averiguación previa,
preguntando para que les van servir si ellos no son licenciados y negándoles
cualquier información del estado que guardan las averiguaciones previas
anulando con esto su derecho de conocer su propio expediente. Con total descaro
e impunidad se las ha dicho que existe un acta de acuerdo firmada entre el
fiscal, el director y el sub director de averiguaciones previas de la fiscalía
indígena para que no se les entregue ningún documento. Denunciamos que para
detener la exigencia de verdad y justicia de los 13 desplazados de la familia
López Girón, se ha intentado comprar a la fiscalía indígena con 25 mil pesos a
cambio de fincarles nuevos delitos en su contra.
Los
sucesos acaecidos en Banavil no son un caso aislado: el desplazamiento forzado
es un arma poderosa que rompe la estructura de identidad y pertenencia a los
integrantes de una comunidad. Como bien señala Liliana Souza, la vivencia de un
evento de esta naturaleza expone a las
personas a sensaciones de ruptura, angustia y extrema vulnerabilidad. La
pérdida de control sobre la vida y el entorno, de forma repentina y violenta
obliga a abandonar todo: casa, amigos, familia, actividades… todo aquello que,
en síntesis, da cuenta de la historia y de la identidad personal y grupal. En
el desplazamiento las pérdidas son numerosas y diversas: desaparecen súbitamente
los referentes geográficos y sociales, el curso de vida se ve truncado, los
proyectos se diluyen o se postergan indefinidamente. Los desplazados de Banavil lo
han perdido todo.
La
inseguridad y el desplazamiento son interdependientes. La falta de seguridad
obliga al desplazamiento; luego, tras el desplazamiento, la falta de referentes
conocidos fortalece la sensación de inseguridad aunado al contexto de violencia
sociopolítica, que ha dejado en la vulnerabilidad a amplios sectores de
población y en la impunidad de los crímenes, que profundiza el daño y tiene
efectos propios en las víctimas.
El
daño no sólo es material sino emocional también: los traumas no sólo son
psíquicos, sino psicosociales, pues son producidos en un contexto social
específico y su superación o perpetuación depende no sólo de los propios
recursos personales o grupales, sino de las condiciones estructurales que
constituyen el todo social de la persona. Es por esto que hacemos un llamado a
las organizaciones defensoras de Derechos humanos y a la población en general a
no permanecer indiferentes ante los casos de desplazamiento forzado y acompañar
a las víctimas para la superación de esta forma de violencia estructural.
Saludamos el esfuerzo realizado por el centro de derechos Humanos Fray
Bartolomé de las Casas a través de la campaña “Rostros del despojo” y nos
sumamos a la misma invitamos a las organizaciones y a la población en general a
unirse a ésta.
El caso de los
desplazados de Banavil no es fruto de la debilidad de los municipios que han
sido penetrados por la corrupción y el crimen organizado como el gobierno
federal se empeña en hacernos creer, sino que es un reflejo de la política de
muerte que los malos gobiernos han proyectado en cada rincón del país
trabajando para los intereses capitalistas nacionales y extranjeros
enmascarando la idea de progreso en el país pero que en realidad sólo buscan
despojar, dominar, explotar y administrar los recursos naturales del país y en
particular en los territorios de los pueblos originarios. La estructura del
estado mexicano está hecha para el despojo, la corrupción y la impunidad ya
que, como vemos en este caso, quienes secuestran, asesinan y mienten son los
mismos que gobiernan.
El mal gobierno está
convencido de que con encarcelar, desaparecer, torturar, desplazar, quemar a
todo aquello que se resista a su proyecto de nación de muerte y despojo, la
sociedad dejará la exigencia de vivir en paz con justicia y dignidad.
Por eso asesinaron y
desaparecieron a los estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, pero
los jóvenes normalistas y sus padres con dignidad han contestado: “quisieron
enterrarnos pero no sabían que éramos semilla”. Como Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad compartimos la esperanza que de estas semillas sembradas
por la impunidad y la corrupción del mal gobierno se están convirtiendo en una
exigencia de justicia. Estamos aquí para unirnos a todas y todos que quieren
que nunca más haya desplazados, desaparecidos, muertos, encarcelados por soñar
y exigir que otro país y otro mundo más justo y más humano son posibles.
Estamos aquí para sumarnos e invitarles a que nos juntemos, compartamos nuestra
palabra y nos organicemos construyendo juntos y desde abajo; es imperante
construir un nuevo pacto social, un nuevo Estado y una nueva constitución donde
“quepan muchos mundos”, sólo así alcanzaremos la paz que tanto necesitamos.
Por todo esto, exigimos
al Presidente Peña Nieto y al gobierno Federal; al gobernador Manuel Velasco
Coello y al gobierno estatal; a la fiscalía indígena de Chiapas y al gobierno
municipal lo siguiente:
o Aparición de Alonso
López Luna;
o Justicia para la familia
López Girón dando cabal y pronto cumplimiento de las 11 órdenes de aprehensión
en contra de los agresores;
o Garantías de
cumplimiento del estado de derecho y de observancia al debido proceso otorgando
medidas de seguridad a la familia, avance de las investigaciones, copia de su
expediente como es su derecho, gestionar apoyo para desplazados internos a
través de la Ley de Víctimas y reparación integral del daño que incluye el
retorno lo más pronto posible y en condiciones de seguridad de los desplazados
de Banavil.
Por último, aprovechamos
este espacio para exigir la presentación con vida de los 43 Estudiantes de
Normal Rural Isidro Burgos en Ayotzinapa, Guerrero.
¡Vivos se los llevaron,
vivos los queremos!
¡Verdad, justicia y
retorno para los desplazados de Banavil!
Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad Plataforma de pueblos Originarios
Seguimos
Hasta la Madre